CONCATEDRAL DE STA. MARÍA DE VIGO 1963-68
La Iglesia de Sta. María de Vigo fue elevada a Colegiata en el año 1497 y a Concatedral por el Papa Juan XXIII el 9 de marzo de 1959 en virtud del concordato firmado en 1953 que permitía que una misma diócesis compartiera su sede en dos o mas lugares.
Se trata de una obra del arquitecto compostelano D. Melchor de Prado y Mariño (Santiago de Compostela 1770-A Coruña 1834) uno de los mejores representantes del clasicismo gallego.
De estilo Neoclásico construida sobre los restos de una primera iglesia románica que fue derribada y se sustituyó por un templo gótico que por culpa de la explosión de un polvorín quedó totalmente en ruinas en 1813. Su construcción se prolongó a lo largo de 23 años debido a un sin fin de calamidades, guerras, falta de medios, etc. hasta su finalización en el año 1836.
Consta de una planta basilical de tres naves de grandes dimensiones 41,50m de largo por 21,50m de ancho. Su nave central tiene 28,50m de largo por 10,00 m. de ancho y las laterales de 3,75m. El presbiterio se estrecha con respecto a la nave central formando un tramo recto y otro semicircular de gran profundidad 10,00m. Entre naves encontramos unas grandes columnatas clásicas.
Encajada entre edificios antiguos y calles estrechas, es en su entrada principal donde se desarrolla una fachada de claro corte neoclásico.
El activo mas importante de la imaginería de la Concatedral es la talla del Cristo de la Victoria que está emplazada en el fondo del presbiterio desde el año 1950 cuando fue trasladado desde su anterior ubicación en una nave lateral. Dicha talla ya existía en el antiguo templo gótico según consta en el plano que realizó José Pérez Machado en 1797. Su conmemoración se celebra el primer domingo de agosto.
Fue a principios de la década de los 60 que se busca una solución para decorar el interior del templo que hasta ese momento había sido de absoluta sencillez neoclásica. Es entonces cuando los Sres. Alfonso Casas y José Manuel Conde, párroco y presidente respectivamente de la Cofradía de la Victoria deciden encomendar al mosaísta catalán Santiago Padrós Elias (Terrassa 1918-Bellvey 1971) tan importante obra que se inicia en una primera fase en el año 1963. Padrós ya venía abalado por un gran curriculum y se encontraba en el punto álgido de su madurez artística.
Para esta obra el artista proyecta en el centro, presidiendo todo el presbiterio un gran Árbol con la serpiente elevado sobre un pedregal que servirá de fondo al Cristo de la Victoria con la leyenda "ET QUI IN LIGNO VINCE-BAT IN LIGNO QUOQUE VICE-RETUR". A la derecha un mosaico representa la escena de La expulsión de Adán y Eva de Paraíso, a la izquierda La Anunciación a María con otra leyenda "POR UNA MUJER ENTRÓ EL PECADO EN EL MUNDO Y POR OTRA SE REDIMIÓ".
Padrós quiso también plasmar en mosaico escenas de la reconquista de la ciudad como "El derribo de Gamboa", "La procesión de agradecimiento" y la que representa "El barco con la imagen del Cristo rescatado entre las aguas".
En los pilares del arco triunfal vemos sendos ángeles, uno portando Las tablas de la Ley y el otro Los Santos Evangelios. A sus pies uno tiene representada La antigua ciudad de Constantinopla con las murallas y la Basílica de Sta. Sofía y en el otro La ciudad de Roma, con el Coliseo y el Vaticano.
En una segunda fase, ya en el año 1968 se le encarga la decoración de sus bóvedas. Estos espacios Santiago Padrós los dedica a mas gloria de María con la imagen de la Asunción de la Virgen y su Coronación en el cielo donde podemos ver la representación de La Santísima Trinidad. rodeados de ángeles y figuras de santos. Como remate de su obra aún pudo realizar el mosaico del Baptisterio de Cristo situado en un espacio rectangular a la derecha de la entrada al templo.
De esta magna obra hemos tenido la suerte de poder contar con varios bocetos originales que dan cuenta de la minuciosidad con que proyectaba y ejecutaba su trabajo el artista.
Hubo intención de cubrir toda la bóveda de mosaico pero su prematura muerte por accidente en 1971 no lo hizo posible.
Nuestro agradecimiento a D. José Vidal, Párroco, por su acogida y abundante documentación facilitada.